Fiesta(s) De Gala

El viernes de la semana pasada fue la FDG de 8vo de mi hermana y obvio por mi hermana yo hago todo, así que, aunque no quisiera, no podía no estar ahí.

Llego a las 3:40 a mi casa, la fiesta empezaba a las 8. Tengo mucho tiempo para “arreglarme” (bañarme, vestirme y quizás ponerme labial), así que me relajo. Tenía pensado qué me iba a poner, pero mi mamá insiste en que use lo mismo que usé para mi FDG de 4to medio. Dudé, porque debo confesar que ese ha sido uno de los días en donde menos bonita me había sentido.

Usé un enterito negro, que al verlo me enamoró, lo cual es raro porque nunca me gusta la ropa. Me lo probé en la tienda y encontré que me quedaba bien. Ya estaba chata de probarme cosas que me quedaban horribles, ya me estaba sintiendo triste así que para salir de ahí acepté llevarme el enterito y no seguir buscando. Para la ocasión me hice una cola de caballo, dejándome la chasquilla suelta, y rojo llevaba los labios, las uñas y los accesorios. Apenas me miré al espejo después de haberme arreglado quería ir y sacarme todo, no me reconocía, me sentía extraña, fea, con un poco de ganas de llorar. Filo, fui así igual, y a pesar de que muchas personas me dijeron que me veía bonita, no me sentía para nada así. No podía con el sentimiento de no estar a gusto con mi imagen en un momento donde todxs lxs presentes se arreglaron y se veían hermosxs, no debía estar sintiendo eso, debería ser diferente y eso me chocaba.

Entonces, al momento de que mi mamá me dijo que usara ese enterito volvía a todo eso. No fue agradable, pero me lo probé igual. Me vi al espejo y me sentí muy distinta a ese día, ahora me sentía muy linda, fue extraño, me estaba gustando lo que veía. Me puse accesorios en tonos celestes, me pinté los labios y partimos a la gala.

Llegamos y muchos recuerdos de mi propia gala de 8vo se me vinieron a la mente, como el hecho de que la separación entre hombres y mujeres era muy marcada, que era incómodo bailar a esa edad en frente de tantos apoderados (ya que todos en ese momento nos estaban mirando y en lo personal me sentí como un espectáculo), o que me pidieron pololeo en frente de todos –y las consecuencias que eso trajo después-.

Fue un día demasiado intenso y nostálgico, bueno, el reflejo de todo fin de año la verdad.